jueves, 25 de septiembre de 2008

Los Agentes Transmisores


Contrariamente a lo que sucede con el virus de la gripe y con otros gérmenes causantes de las enfermedades infectocontagiosas, el vih es muy frágil cuando entra en contacto con el aire, la luz y la temperatura ambiente. Estos tres factores hacen que no tenga la capacidad de sobrevivir mucho tiempo fuera del cuerpo humano pues necesita un entorno húmedo, oscuro y cálido. Esta es la razón por la cual la transmisión se producirá, en todos los casos, a través de un fluido corporal. Cada vez que el vih pase de una persona a otra, lo hará arrastrado por algún líquido generado por el organismo de la persona infectada.

Pero la transmisión del vih es aun más complicada que eso, puesto que el líquido que lo arrastre no ha de ser cualquiera de los fluidos producidos por el organismo humano. La gran mayoría de estos fluidos corporales presentan una concentración de vih tan ínfima que no representan un riesgo de transmisión y solo seis son potencialmente transmisores:


  1. Sangre
  2. Leche materna
  3. Pus
  4. Semen
  5. Fluídos vaginales
  6. Presemen o Líquido preseminal


Como puede verse, esto no es un contagio puesto que uno siempre puede tomar medidas tendientes a evitar el contacto con esos líquidos. Pero además, tan complejo es el proceso de transmisión del vih que no basta con entrar en contacto directo con las secreciones mencionadas. Al igual que sucede con la mayoría de los agentes infecciosos, para poder infectar deben ingresar al interior del organismo, o sea franquear la primera barrera que el sistema inmunológico le opone a todas las enfermedades: la piel.

Nuestro cuerpo está cubierto casi por completo de piel y esta se caracteriza por ser impermeable. La piel nos protege muy eficientemente y los líquidos podrán ingresar al interior del organismo solo a través de alguna de las llamadas puertas de entrada: las heridas abiertas (ya sea un simple raspón o una herida profunda), la boca, los oídos, las fosas nasales, los ojos, el ano, la vagina y el glande (o cabeza del pene). En el caso de los orificios naturales mencionados y el glande, hay que aclarar que están recubiertos por un tipo de tejido muy delicado y sumamente absorbente que recibe el nombre genérico de mucosas. En contraposición a la piel, las mucosas funcionan como esponjas, absorbiendo fácilmente los líquidos y enviándolos directamente al torrente sanguíneo. Todas las mucosas son internas, a excepción de la mucosa del glande que es externa.

Resumiendo:




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